El régimen de lluvias elevado de
la zona y un ambiente fresco ha facilitado la permanencia e incluso el
desarrollo de una vasta masa de pino silvestre o albar, que cubre casi por
completo los valles del Revinuesa y Duero. Estos pinares forman parte de la
mayor extensión boscosa de la Península Ibérica, dando lugar a un paisaje que
recuerda a los bosques boreales de Siberia. En cotas superiores a los 1400 m,
en laderas umbrías con fuertes pendientes, aparece el haya, formando en
ambientes rocosos pequeños bosques monoespecíficos o mezclados con el pino
albar y otros árboles. Por encima de los 1800 m, con fuertes y fríos vientos,
sólo permiten el desarrollo de matorral y pastizal adaptado a condiciones
extremas, donde son frecuentes matorrales como el biércol, el enebro rastrero y
el arándano entre pastizal de alta
montaña.En las partes más elevadas y sujetas a las mayores inclemencias del
tiempo, proliferan pequeñas especies almohadilladas de flora alpina, entre los
que destacan algunas exclusivos de la Sierra de Urbión como la armería y la
margarita alpina , junto con otros elementos florísticos típicos de montañas europeas
como los Pirineos o los Alpes. También
hay especies vegetales muy especiales y particulares, que se pueden descubrir
entre lagunas, arroyos y cascadas de este privilegiado entorno.
Destaca un invertebrado, el
coleóptero, asociado a los hayedos, que figura como protegido en la legislación
nacional e internacional. Encontramos aquí reptiles característicos de
ambientes atlánticos como el lagarto verde y la víbora áspid, siendo éstas las
localidades más meridionales dentro de la Península, de igual modo que algunos
anfibios como el tritón jaspeado.
Entre los mamíferos más habituales
se encuentran ardilla, garduña, zorro, comadreja, tejón, ciervo, corzo y
jabalí. Más raros y esporádicos son el lobo, la nutria y el visón europeo.
Las aves, en los pinares se
encuentran especies de pequeño tamaño como el piquituerto, el carbonero
palustre, chocha perdiz, el agateador común, el trepador azul o el pinzón
vulgar, entre otros; en las zonas abiertas de alta montaña se puede ver acentor
alpino, collalba gris o bisbita alpina. Aunque su valor como (ZEPA) radica
sobre todo, en la presencia de aves rapaces como águila culebrera, halcón
peregrino, águila real y por la presencia limitada de perdiz pardilla, cada vez
más escasa en las montañas del interior peninsular.
La vegetación acuática es muy
similar a la de otras lagunas de montaña del norte peninsular, como los ibones
de pirenaicos. Está compuesta por pequeñas plantas que van formando céspedes en
el fondo y junto a las cuales crecen otras que emergen a la superficie o flotan
en ella.

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